En la vida matrimonial, hace mucha falta fortalecer los lazos afectivos. El cónyuge al igual que la esposa debe ser valorado y amado. Aquí algunas estrategias a tener en cuenta.
Los rápidos cambios sociales, traen muchos avances en diferentes espacios y también ocasionan algunas dificultades especialmente en la vida familiar.
Las crisis de pareja y los conflictos entre padres e hijos suelen ser frecuentes en tanto las presiones externas y las propias sean mayores.
Casi siempre la esposa se siente más afectada por esta vorágine de situaciones dado el conjunto de actividades que debe afrontar para mantener la dinámica de la vida familia. Muchas de estas suelen ser mayores que del cónyuge haciéndola sentir menos valorada y amada.
Por estas razones, los esposos y/o los hijos u otros familiares que buscan ¨ recompensarla ¨ le brindan momentos gratos o procuran ver diversas formas de hacerla sentir bien y creemos que esta alternativa es positiva, aunque lo saludable es que los comportamientos y actitudes de calidez y nuestra contribución para mantener una atmosfera de afectividad y tolerancia en el hogar sea permanente.
Pero en este tráfago de la vida matrimonial a la moderna, ya no es sólo la esposa la que necesita ser reconocida, valorada y a veces engreída.
Hoy en día con el reconocimiento y la reinvindicación de la mujer se va logrando la equidad de género y los varones participan cada vez mas y sin prejuicios en las actividades de la vida familiar como: compartir el cuidado de los hijos, hacer la compras en el supermercado o donde se estime conveniente, apoyar a los niños en el desarrollo de las tareas escolares, participar en el aseo de la vivienda, en fin…Lo importante es que funciones y roles que antes eran sólo de la mujer ahora y como debió ser siempre se comparten, de tal forma que los niños, más tarde ciudadanos copiarán esquemas de vida más igualitarios y democráticos para todos.
Entonces así como va discurriendo la vida de muchos hogares, y probablemente el tuyo, es necesario también que el cónyuge y padre de tus hijos, se sienta amado, estimado. Recuerda que ellos también necesitan de muestras de afecto que los hagan sentir importantes para los suyos.
A modo de evidenciar este diálogo te cuento lo siguiente:
En una ocasión yo conversaba con un esposo quién me contaba que al llegar a casa se pone casi de inmediato a ayudar en las tareas escolares a sus dos hijos menores, mientras la esposa va realizando otra tarea. Al respecto, precisaba este señor, que deseaba que la esposa –quién no está lejos de la mesa de trabajo- le hiciese alguna señal que le haga saber que él estaba presente. Deseaba por ejemplo que la esposa le brinde una sonrisa al pasar, le haga una caricia, le toque el hombro y mejor si podía hacer algún comentario ameno. Sin embargo, esto no sucedía, contrariamente, ella se hacía presente para indicar algo sobre los recibos de pago, o las reuniones en el colegio de uno de los hijos etc.
Como habrás podido apreciar en este caso, también los cónyuges al igual que ellas, necesitan afecto, el contacto físico que aproxima y te hace saber lo importante que es uno para la persona que ama y por quién desea también ser amado.
Aquí otra anécdota:
Miguel, tiene mucha afición por la carpintería en sus ratos libres, de esta forma se aleja por algún espacio de su cotidianas preocupaciones como Ingeniero de Sistemas y utiliza sus sábados para hacer algunos pequeños trabajos en madera que resultan útiles en casa. Cuando los concluye su esposa le llena de halagos y de inmediato procura darle uso a sus obras de tal forma que Miguel se siente muy satisfecho, pero no solo eso, Rosa (su esposa) en algunas ocasiones también le sorprende, preparándole alguna comida o una cena de su preferencia.
Por ello Miguel añade: ¨ Para mí lo que cuenta es esa espontaneidad de mi esposa, el estimularme cuando me esfuerzo, me responde con algunos lindos detalles y cuando estoy algo caído emocionalmente que a veces ocurre, me alegra, con su chistes, me prepara un baño tibio y yo procuro siempre responderle a su esfuerzo ¨.
Creo que estos dos testimonios nos dan lecciones de cómo afrontar y llevar con alegría la vida matrimonial y sus diarios quehaceres.
Las expresiones afectivas, el contacto físico y el diálogo franco son aspectos claves para mantener una relación que se renueva permanentemente. Recuerda que lo que hace sentir amada a una mujer también es válido para hacer sentir a un hombre valorado, querido y feliz.
Te añado algunos tips, que puedes poner en práctica o si ya lo vienes realizando te hará ver que te esfuerzas por mantener una vida conyugal saludable:
Probablemente dices conocer a tu cónyuge, entonces sabes sus preferencias, gustos prioridades y también las cosas que le disgustan. De igual forma él también conoce todo ello sobre ti. No olvides que las preferencias no son eternas, pueden cambiar por diversas razones, una de ellas, por el paso del tiempo.
Cuándo tu cónyuge llega a casa, recíbele con afecto y espera el momento adecuado para dialogar y abordar alguna situación nueva o pendiente.
Se asume o se supone que a los cónyuges o de repente al tuyo por ser varón le agradan regalos clásicos como lociones, llaveros, juegos de mesa, u otros artículos de escritorio. Esto no siempre es así. Probablemente le resulte más interesante que le regalen algo novedoso diferente y que no necesariamente tenga un alto costo. Pocas veces se nos ocurre obsequiarle ropa deportiva, invitándole a alguna práctica de este tipo. Podemos mostrarnos más atentas, si su afición es la literatura, a ver las obras de algunos autores favoritos, algunas películas de sus actores preferidos, entre otros.
Proponer actividades en común que sean diferentes, motivadoras y mejor aún si nos permiten comunicarnos más..
Muchas actividades que te propone hacerlo en común pueden no agradarte, no es de buen gusto hacerlas siempre sólo por complacerlo. Es importante que le hagas saber tu parecer, y de esta forma estar más comunicados y ¨ negociar ¨ para que ambos salgan ganando.
Definitivamente llevar una vida matrimonial satisfactoria es un arte que cada vez se ve influida por muchos factores negativos a los que hay que enfrentarlos con serenidad, superando los conflictos que no dejarán de ocasionarse pero sobre todo alimentando el afecto y la atención a la otra persona, a quién elegiste para compartir un largo tramo de tu vida.
¡Sigue apostando!
Los rápidos cambios sociales, traen muchos avances en diferentes espacios y también ocasionan algunas dificultades especialmente en la vida familiar.
Las crisis de pareja y los conflictos entre padres e hijos suelen ser frecuentes en tanto las presiones externas y las propias sean mayores.
Casi siempre la esposa se siente más afectada por esta vorágine de situaciones dado el conjunto de actividades que debe afrontar para mantener la dinámica de la vida familia. Muchas de estas suelen ser mayores que del cónyuge haciéndola sentir menos valorada y amada.
Por estas razones, los esposos y/o los hijos u otros familiares que buscan ¨ recompensarla ¨ le brindan momentos gratos o procuran ver diversas formas de hacerla sentir bien y creemos que esta alternativa es positiva, aunque lo saludable es que los comportamientos y actitudes de calidez y nuestra contribución para mantener una atmosfera de afectividad y tolerancia en el hogar sea permanente.
Pero en este tráfago de la vida matrimonial a la moderna, ya no es sólo la esposa la que necesita ser reconocida, valorada y a veces engreída.
Hoy en día con el reconocimiento y la reinvindicación de la mujer se va logrando la equidad de género y los varones participan cada vez mas y sin prejuicios en las actividades de la vida familiar como: compartir el cuidado de los hijos, hacer la compras en el supermercado o donde se estime conveniente, apoyar a los niños en el desarrollo de las tareas escolares, participar en el aseo de la vivienda, en fin…Lo importante es que funciones y roles que antes eran sólo de la mujer ahora y como debió ser siempre se comparten, de tal forma que los niños, más tarde ciudadanos copiarán esquemas de vida más igualitarios y democráticos para todos.
Entonces así como va discurriendo la vida de muchos hogares, y probablemente el tuyo, es necesario también que el cónyuge y padre de tus hijos, se sienta amado, estimado. Recuerda que ellos también necesitan de muestras de afecto que los hagan sentir importantes para los suyos.
A modo de evidenciar este diálogo te cuento lo siguiente:
En una ocasión yo conversaba con un esposo quién me contaba que al llegar a casa se pone casi de inmediato a ayudar en las tareas escolares a sus dos hijos menores, mientras la esposa va realizando otra tarea. Al respecto, precisaba este señor, que deseaba que la esposa –quién no está lejos de la mesa de trabajo- le hiciese alguna señal que le haga saber que él estaba presente. Deseaba por ejemplo que la esposa le brinde una sonrisa al pasar, le haga una caricia, le toque el hombro y mejor si podía hacer algún comentario ameno. Sin embargo, esto no sucedía, contrariamente, ella se hacía presente para indicar algo sobre los recibos de pago, o las reuniones en el colegio de uno de los hijos etc.
Como habrás podido apreciar en este caso, también los cónyuges al igual que ellas, necesitan afecto, el contacto físico que aproxima y te hace saber lo importante que es uno para la persona que ama y por quién desea también ser amado.
Aquí otra anécdota:
Miguel, tiene mucha afición por la carpintería en sus ratos libres, de esta forma se aleja por algún espacio de su cotidianas preocupaciones como Ingeniero de Sistemas y utiliza sus sábados para hacer algunos pequeños trabajos en madera que resultan útiles en casa. Cuando los concluye su esposa le llena de halagos y de inmediato procura darle uso a sus obras de tal forma que Miguel se siente muy satisfecho, pero no solo eso, Rosa (su esposa) en algunas ocasiones también le sorprende, preparándole alguna comida o una cena de su preferencia.
Por ello Miguel añade: ¨ Para mí lo que cuenta es esa espontaneidad de mi esposa, el estimularme cuando me esfuerzo, me responde con algunos lindos detalles y cuando estoy algo caído emocionalmente que a veces ocurre, me alegra, con su chistes, me prepara un baño tibio y yo procuro siempre responderle a su esfuerzo ¨.
Creo que estos dos testimonios nos dan lecciones de cómo afrontar y llevar con alegría la vida matrimonial y sus diarios quehaceres.
Las expresiones afectivas, el contacto físico y el diálogo franco son aspectos claves para mantener una relación que se renueva permanentemente. Recuerda que lo que hace sentir amada a una mujer también es válido para hacer sentir a un hombre valorado, querido y feliz.
Te añado algunos tips, que puedes poner en práctica o si ya lo vienes realizando te hará ver que te esfuerzas por mantener una vida conyugal saludable:
Probablemente dices conocer a tu cónyuge, entonces sabes sus preferencias, gustos prioridades y también las cosas que le disgustan. De igual forma él también conoce todo ello sobre ti. No olvides que las preferencias no son eternas, pueden cambiar por diversas razones, una de ellas, por el paso del tiempo.
Cuándo tu cónyuge llega a casa, recíbele con afecto y espera el momento adecuado para dialogar y abordar alguna situación nueva o pendiente.
Se asume o se supone que a los cónyuges o de repente al tuyo por ser varón le agradan regalos clásicos como lociones, llaveros, juegos de mesa, u otros artículos de escritorio. Esto no siempre es así. Probablemente le resulte más interesante que le regalen algo novedoso diferente y que no necesariamente tenga un alto costo. Pocas veces se nos ocurre obsequiarle ropa deportiva, invitándole a alguna práctica de este tipo. Podemos mostrarnos más atentas, si su afición es la literatura, a ver las obras de algunos autores favoritos, algunas películas de sus actores preferidos, entre otros.
Proponer actividades en común que sean diferentes, motivadoras y mejor aún si nos permiten comunicarnos más..
Muchas actividades que te propone hacerlo en común pueden no agradarte, no es de buen gusto hacerlas siempre sólo por complacerlo. Es importante que le hagas saber tu parecer, y de esta forma estar más comunicados y ¨ negociar ¨ para que ambos salgan ganando.
Definitivamente llevar una vida matrimonial satisfactoria es un arte que cada vez se ve influida por muchos factores negativos a los que hay que enfrentarlos con serenidad, superando los conflictos que no dejarán de ocasionarse pero sobre todo alimentando el afecto y la atención a la otra persona, a quién elegiste para compartir un largo tramo de tu vida.
¡Sigue apostando!
Desde este lado de la mágica bruma,
tus amigas de
MUJER HOY.
tus amigas de
MUJER HOY.