Y DESPUES DE LA BODA ¿CÓMO LLEVARTE BIEN CON TU ESPOSO? LOS CAMBIOS NECESARIOS
Como ocurre a menudo el día de la boda especialmente si esta es religiosa, tendrás muchos invitados te sentirás muy emocionada, feliz pero también bastante tensa, pensando en que todos los detalles salgan como lo han planificado.
Concluida la ceremonia, el viaje de bodas será otra de tus preocupaciones aunque ya todo este previamente preparado.
Muy probable al concluir este acontecimiento que no lo olvidaras jamás, empieza realmente la vida en común con tu ayer novio y hoy esposo, afrontando el día a día y los acontecimientos propios de la vida en pareja.
No esperes que una amiga con experiencia o un familiar te de la “receta de la felicidad”, esto no ocurre, todo lo que te digan o indagues no son sino referentes, ocurrencias de otras personas que no necesariamente pueden ser replicadas. Sin embargo no debes desoír un consejo y mejor aún si lees sobre estos temas.
Recuerda que cada persona o cada pareja de esposos, deben vivir su propia historia e ir resolviendo algunas dificultades propias de la adaptación a una nueva etapa de vida.
Por lo general los primeros meses de interacción en casa, te das cuenta que la persona amada tiene debilidades – que jamás lo hubieras imaginado - y no solo fortalezas, y lógicamente te extrañara o sorprenderá conocerlos.
Pero..!cuidado! No vayas a creer o suponer que TU - en cambio - eres una dechada de virtudes o no tienes defectos, sucede que siempre estamos viendo que son los demás quienes tienen o presentan problemas y que tu no presentas ninguno. Nada más falso.
Entre Lo que te moleste pueden estar: él es bastante desordenado, no le gusta contestar el teléfono por muy cerca que se encuentre, enciende todas las luces y se olvida de apagarlos, no es puntual en la citas, no colabora en ninguna todas la tareas propias de la casa, hace ruido al dormir, casi siempre tiene la razón en todo, que se supone el rey de la casa y etc.
Y que sobre tu persona? A lo mejor no te has dado cuenta que: tienes muchas obsesiones con la limpieza, y el orden, que te levantas y tomas desayuno con la bata de baño y los ruleros en la cabeza, que siempre haces o preparas las cosas de la manera que a ti te agrada, no lo invitas a que te ayude en las tareas del hogar, consideras que tú tienes la razón en todo, etc,y etc.
Fácilmente podemos hacer una larga lista de situaciones enojosas o molestas. Lo importante en estos casos es hacer un alto, dejar de sentirse mal y pensar en evitar que estas situaciones continúen y generen conflictos que luego se tornen difíciles.
La vida en común y los cambios mutuos
- Piensa que la vida conyugal no es un lecho de rosas, pues la vida en común requiere una permanente adaptación y algunas renuncias de parte de ambos.
-La pareja y especialmente tú, debes mantener una actitud serena, relajada y de mucho optimismo para ir afirmando la vida matrimonial.
-El diálogo es la mejor herramienta para organizar de mejor forma la vida en el hogar.
-Es necesario que busques momentos oportunos para tratar estos temas, sin la intermediación de terceras personas o menos en una actitud de queja o de intolerancia.
-Es posible organizarse empezando por definir las actividades que preferirías hacerlas y él también. Pueden pensar en algunos estímulos por el cumplimiento de las tareas.
-Frecuentemente algunas mujeres optan por asumir todas las actividades a fin de superar conflictos. Nada peor, porque se estará acostumbrando al cónyuge a una actitud cómoda, frente a las responsabilidades de la vida familiar.
- Leer juntos temas relacionados a la vida familiar, el rol de la pareja y la preparación para ser padres los ayudara mucho.
-Cuidar la presentación personal, así como la vivienda es muy importante, ello genera una cuota de atracción y motivación permanente para ambos.
Como supondrás, estas situaciones no son complejas, no se pone en juego el amor, la vida afectiva que es la clave en el matrimonio. Los hábitos defectuosos u obsesivos de uno u otro como los que hemos citado, ocurren a menudo y pueden ir dando paso al cambio, siempre que trabajemos mucho sobre la voluntad del cónyuge sin dejar de lado el afecto y la tolerancia.
Los cambios no son sucesos que se dan de un día al otro, toman su tiempo en producirse, pero ya no hay marcha atrás.
La vida conyugal puede ser siempre grata si te preparas a dar de ti, si haces renuncias y procuras que él pueda hacer lo mismo.
Concluida la ceremonia, el viaje de bodas será otra de tus preocupaciones aunque ya todo este previamente preparado.
Muy probable al concluir este acontecimiento que no lo olvidaras jamás, empieza realmente la vida en común con tu ayer novio y hoy esposo, afrontando el día a día y los acontecimientos propios de la vida en pareja.
No esperes que una amiga con experiencia o un familiar te de la “receta de la felicidad”, esto no ocurre, todo lo que te digan o indagues no son sino referentes, ocurrencias de otras personas que no necesariamente pueden ser replicadas. Sin embargo no debes desoír un consejo y mejor aún si lees sobre estos temas.
Recuerda que cada persona o cada pareja de esposos, deben vivir su propia historia e ir resolviendo algunas dificultades propias de la adaptación a una nueva etapa de vida.
Por lo general los primeros meses de interacción en casa, te das cuenta que la persona amada tiene debilidades – que jamás lo hubieras imaginado - y no solo fortalezas, y lógicamente te extrañara o sorprenderá conocerlos.
Pero..!cuidado! No vayas a creer o suponer que TU - en cambio - eres una dechada de virtudes o no tienes defectos, sucede que siempre estamos viendo que son los demás quienes tienen o presentan problemas y que tu no presentas ninguno. Nada más falso.
Entre Lo que te moleste pueden estar: él es bastante desordenado, no le gusta contestar el teléfono por muy cerca que se encuentre, enciende todas las luces y se olvida de apagarlos, no es puntual en la citas, no colabora en ninguna todas la tareas propias de la casa, hace ruido al dormir, casi siempre tiene la razón en todo, que se supone el rey de la casa y etc.
Y que sobre tu persona? A lo mejor no te has dado cuenta que: tienes muchas obsesiones con la limpieza, y el orden, que te levantas y tomas desayuno con la bata de baño y los ruleros en la cabeza, que siempre haces o preparas las cosas de la manera que a ti te agrada, no lo invitas a que te ayude en las tareas del hogar, consideras que tú tienes la razón en todo, etc,y etc.
Fácilmente podemos hacer una larga lista de situaciones enojosas o molestas. Lo importante en estos casos es hacer un alto, dejar de sentirse mal y pensar en evitar que estas situaciones continúen y generen conflictos que luego se tornen difíciles.
La vida en común y los cambios mutuos
- Piensa que la vida conyugal no es un lecho de rosas, pues la vida en común requiere una permanente adaptación y algunas renuncias de parte de ambos.
-La pareja y especialmente tú, debes mantener una actitud serena, relajada y de mucho optimismo para ir afirmando la vida matrimonial.
-El diálogo es la mejor herramienta para organizar de mejor forma la vida en el hogar.
-Es necesario que busques momentos oportunos para tratar estos temas, sin la intermediación de terceras personas o menos en una actitud de queja o de intolerancia.
-Es posible organizarse empezando por definir las actividades que preferirías hacerlas y él también. Pueden pensar en algunos estímulos por el cumplimiento de las tareas.
-Frecuentemente algunas mujeres optan por asumir todas las actividades a fin de superar conflictos. Nada peor, porque se estará acostumbrando al cónyuge a una actitud cómoda, frente a las responsabilidades de la vida familiar.
- Leer juntos temas relacionados a la vida familiar, el rol de la pareja y la preparación para ser padres los ayudara mucho.
-Cuidar la presentación personal, así como la vivienda es muy importante, ello genera una cuota de atracción y motivación permanente para ambos.
Como supondrás, estas situaciones no son complejas, no se pone en juego el amor, la vida afectiva que es la clave en el matrimonio. Los hábitos defectuosos u obsesivos de uno u otro como los que hemos citado, ocurren a menudo y pueden ir dando paso al cambio, siempre que trabajemos mucho sobre la voluntad del cónyuge sin dejar de lado el afecto y la tolerancia.
Los cambios no son sucesos que se dan de un día al otro, toman su tiempo en producirse, pero ya no hay marcha atrás.
La vida conyugal puede ser siempre grata si te preparas a dar de ti, si haces renuncias y procuras que él pueda hacer lo mismo.
Desde este lado de la mágica bruna,
Tus amigas de
MUJER HOY
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