Perú, tiempos de cambio



¿Cuándo resucitó el Perú?

El Nobel Mario Vargas Llosa nos ha recordado la desesperanzada pregunta de Zavalita en “Conversación en La Catedral”: “¿en qué momento se había jodido el Perú?” que ha acompañado a los cuestionamientos y desnudamientos de nuestras debilidades y frustraciones como país.

¿Tiene vigencia esta interrogante? ¿No será, más bien, que tenemos que empezar a preguntarnos cuándo resucitó el Perú? Este blog no se ocupa de temas políticos ni económicos, salvo que afecten (a favor o en contra) la marcha de los derechos de la mujer. En este caso, efectivamente es así. Veamos cómo.

En agosto del año 1990 el Perú estaba sumido en la más espantosa crisis económica, social y política. Éramos un país ‘inviable’, quizás a punto de volar en varios pedazos. Veinte años después no solo no se cumplió este vaticinio sino que somos un país que es mirado con admiración por mucha gente en el mundo: seguimos creciendo a tasas promedio de 7% - 8 % anual; nuestra gastronomía es orgullo nacional; tenemos un Premio Nobel en Literatura; nuestra marca país ocupa el tercer puesto en el ranking mundial; tenemos campeones en deportes no masivos – surf, ajedrez, velero -; hay de nuevo una clase media pujante y gente emergente-emprendedora que permitieron estos grandes cambios, más alla de las gestiones de estos últimos tres gobiernos.

Asimismo un sistema de transporte surge del caos (20 minutos del Centro de Lima a Miraflores y próximamente en 27 minutos de Villa El Salvador a la Avenida Grau); un hotel cusqueño, el Monasterio, está entre los mejores del mundo en su género, los viajeros que visitan nuestro país se van admirados por nuestra historia, por nuestra geografía y por su gente; quienes antes compraban en paraditas –con la consiguiente poca calidad y seguridad- hoy compran en flamantes supermercados y malls, entre tantas y tantas cosas buenas.

Es cierto que aún hay mucho por hacer para que la administración de justicia sea transparente, rápida y predecible, para que el diálogo y escucha al ciudadano común y corriente den origen a las leyes y decisiones de gobierno, para que se combata el crimen y la corrupción, para que nuestros niños no sufran más hambre y exclusión, para que los entes reguladores hagan su tarea y protejan al consumidor, para que los partidos políticos sean tales y representen a la ciudadanía, para que nuestras Fuerzas Armadas estén en capacidad de defendernos si fuera necesario, para que se tomen las medidas necesarias para enfrentar el cambio climático, entre tantas cosas. Todo esto, sin embargo, no desdice la realidad: el Perú RESUCITÓ.

¿ Y Cuándo resucitó el Perú? Cuando se tuvo el coraje de afrontar la crisis y plantear las medidas para revertirla; cuando miles y miles de peruanos y peruanas en vez de esperar morirse, emprendieron la reconstrucción de la economía; cuando Gamarra, Villa El Salvador, los agricultores de los arenales del sur y norte, las pujantes ciudades de Arequipa, Trujillo, Chiclayo y tantos centros de emprendedores pusieron a funcionar sus máquinas y su creatividad; cuando valientes militares y policías dieron sus vidas por combatir el flagelo del terrorismo; cuando día a día miles profesoras y profesores, a pesar de sus propias limitantes enseñan con más entrega a sus estudiantes, cuando cientos de Ingenieros e ingenieras crean desarrollo a lo largo del Perú, cuando cientos de obreros de construcción civil levantan decenas de edificios; cuando hubo empresarios que apostaron por el país y sembraron de verde los desiertos; cuando anónimas mujeres decidieron que nadie debía morir de hambre y se crearon los comedores populares; cuando anónimos emprendedores día a día lucharon por ser transnacionales peruanas, como Añaños; cuando todo los peruanos decidimos ser mejores; cuando tú y yo apostamos por quedarnos en nuestro Perú y hacerlo grande.
El Perú no murió. El Perú se jodió, sí; pero está dejando de estarlo. El Perú RESUCITÓ.

Desde este lado de la mágica bruma,
Tus amigas de
MUJER HOY


1 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que debemos dejar atras ,todo lo que paso y comenzar de nuevo. para que llegemos lejos muy lejos